Para empezar diré que esta es una tarea por lo menos injusta, porque la Alcaldía se ha dedicado a validar los indicadores que le favorecen y a criticar los que no lo hacen, algo lógico! diría el ciudadano común, quién querría hablar de lo que no lo hace ver bien? pero en realidad es algo que no es tan positivo para la ciudad porque no solamente quedamos con información parcial, sino que obviamos la información clave para mejorar.
Empecemos con lo que nos atañe directamente, es Cali una ciudad más inteligente? bueno en mayo de 2014 éramos 'la ciudad más inteligente de Colombia, según estudio español' un titular que sin duda alguna alegro a más de un caleño, incluyendo el alcalde (Enlace a la noticia) pero en 2015, cuando ese mismo estudio no nos convenía (Enlace al estudio 2015), simplemente, desaparecimos del mapa de ciudades inteligentes, y cuando preguntas a las personas encargadas te responden cosas como 'la idea es que cuando en lo público te dan algún reconocimiento este debe ser aprovechado por comunicaciones y prensa' y me pregunto, y cuando no es así? bueno, la respuesta de la alcaldía fue crear sus propios indicadores, y es cuando salen piezas de comunicación así:
Y claro, esos son avances, pero eso no es una Ciudad Inteligente, especialmente cuando la primer regla de una Ciudad Inteligente es su sostenibilidad, y en eso Cali va perdiendo la carrera, pues estamos en plena crisis climática (Ver noticia), y cero planes que que hagan de Cali una ciudad verde. Todo quedo aplazado, desde la movilidad alternativa, hasta la solución al desordenado crecimiento de la ciudad hacía las zonas verdes que la rodean. Emcali todavía no ha dado respuesta a largo plazo del agua para la ciudad, y es ahí cuando no son las apps, ni las cámaras, ni los directorios activos, los back-up de seguridad, el fortalecimiento arquitectura almacenamiento, el Sistema gestión documental nos hacen una ciudad medianamente pensada (no digamos inteligente, por ahora)
Cabe recalcar que Movilidad Inteligente tampoco son cámaras de foto-multas, ni apps para reportar accidentes de transito, sino un conjunto de decisiones para que los caleños se muevan eficientemente y no atiborren las vías con viajes evitables.
Muchos ciudadanos tienen en su pensar que estamos atrasados en la cantidad de vías, pero no caen en cuenta que sólo un 10% se moviliza en carro particular y colapsan los caminos que llevan a los lugares (mal planeados) donde la gente trabaja, estudia o hace una diligencia (Ver análisis). Es decir que una mejor movilidad no depende de la cantidad de cemento, sino de un esfuerzo consensuado de crecimiento inteligente.
La educación Digital por otro lado, ha sido punta de lanza de esta administración, se implemento tit@ (Información de la Alcaldía sobre tit@), y con un gran esfuerzo se han venido actualizando docentes en las nuevas tecnologías, pero si se fijan bien no hay indicadores de impacto en los estudiantes, la razón de ser del sistema educativo. Es como si midiéramos el sistema de salud por los conocimientos de los doctores y no por la salud de sus pacientes, indudablemente una cosa tiene que ver con la otra, pero no podemos confundir el real objetivo de la Secretaría de Educación de una ciudad, que son estudiantes mejor preparados, con los medios para poder conseguirlo. En conclusión tit@ era una tarea pendiente de esta y varias administraciones y su cumplimiento no merece aplauso hasta que los niños de la ciudad muestren un avance.
Los indicadores de la educación en Cali no son tan llamativos como los de tit@, a decir verdad, son indicadores bien pobres (Ver noticia). Pero de nuevo, cuando Cali 'vende sus números' es válido, pero cuando el Ministerio de Educación Nacional hace reparos ellos 'son faranduleros' (Ver entrevista) en unos escenarios los números si demuestran su eficiencia, pero en otros (cuando son negativos) hace falta medir con otra vara la realidad.
Siendo estos los temas álgidos (Otro post hablará sobre el impulso del emprendimiento) creemos que Cali puede avanzar, pero si primero es sincera con ella misma (Enlace a los retos de Maurice Armitage). Podemos avanzar si nos ponemos indicadores claros y objetivos que impacten el crecimiento de la ciudadanía, no de la ciudad como conjunto de edificios, ni de la ciudad como escenario económico, sino el crecimiento de la ciudadanía en su bienestar y participación democrática (Quienes financiaron la campaña de Armitage). No sigamos confundiendo el camino con la meta, ni celebrando la aparatología por encima de las personas.
