Las cifras de emprendimiento entusiasman cada vez más a los dirigentes del gobierno, y es que le son bastante útiles porque no sólo
rebajan los números de desempleo sino que pueden dar sendas conferencias de prensa hablando sobre el empuje de los jóvenes.
El emprendimiento debe entenderse como el acto consciente de crear una empresa, la innovación no es necesaria pero si deseable, pero sobre todo el emprendimiento tiene que ver con un ser apasionado por su idea con la resilicencia suficiente para superar todos los obstáculos que le salen al paso. Lo que no debe entenderse por un emprendimiento es una persona que sin alternativas laborales y como último recurso 'le toca' montar 'un negocio' para sobrevivir, eso definitivamente no es un emprendimiento. No se trata aquí de descalificar el esfuerzo de estos últimos personajes, ni desconocer que en el proceso pueden descubrir su espíritu emprendedor y llegar al éxito, pero hay que aceptar que no es lo mismo.
El emprendedor es el resultado de una ecuación feliz, donde interviene la educación, el entorno económico y una serie de políticas que incentivan a las personas a crear sus propias empresas, entonces es válido preguntarle a los dirigentes de nuestra ciudad, cuáles son las políticas (puntuales y medibles) que promueven el emprendimiento en nuestro sistema educativo? que cátedras, charlas, programas, ruedas de negocio, espacios de emprendimiento tienen nuestros bachilleres? qué cambios económicos ha promovido en la ciudad para que un emprendedor forme su empresa en Cali? qué beneficios tributarios promueve el gobierno local? y qué espacios ofrece para el encuentro de estos emprendedores?
Las iniciativas privadas son varias y junto a las de varias universidades son plausibles pero adolecen de coordinación total, no hay liderazgo desde el gobierno local y que Cali tenga emprendedores para mostrar es tan sólo una feliz casualidad geográfica.
Por el contrario
'el rebuscador' es la resultante de la resta de oportunidades para la población, el desempleo o la contratación informal terminan por llevar a las personas a 'solucionar con sus propias manos' lo que la situación económica le ha quitado. Es así como se llenan las esquinas de comida chatarra, los barrios terminan con dos y tres tiendas en una misma cuadra, y las ventas por catalogo dominan las conversaciones entre damas, y no, no se esta descalificando estas actividades económicas, pero por favor, no llamen esto 'capacidad de emprendimiento' cuando es el retrato de 'la incapacidad de fomento empresarial'.
Así pues se hace el llamado a diagnosticar correctamente la situación laboral y de emprendimiento en Cali, para poder tomar las decisiones acertadas que se necesitan, nada hacemos tapando los problemas para ganar puntos en imagen, tan sólo estamos aplazando, y lo más peligroso inflando un problema que cuando 'estalle' ya no tendrá nombres 'cheveres' que promocionar.